Descripción del proyecto
Los mazos de croquet de madera son los más comunes.
La madera requiere un cierto cuidado ya que, si es blanda, se puede “abollar” con golpes laterales contra los aros. Además “se mueve” se dilata o se contrae y hay que tener cuidado al guardar el mazo. Hay que evitar dejarlo en el maletero del coche en verano ya que se alcanzan temperaturas muy elevadas.
Se puede elegir casi cualquier madera y por tanto el color, la veta y hasta el peso. No obstante, solo hay dos maderas que no requerirán añadir peso (plomo), para llegar al peso habitual del mazo terminado. El Quebracho (Colorado), la madera más densa que existe (1.200 Kg/m³) y el Urunday (Castaño oscuro) (1.100 Kg/m³). Ambas son maderas difíciles de conseguir pues son especies protegidas de Sudamérica. Son extremadamente duras y difíciles de trabajar. No necesitan punteras.
Las más habituales son algunas africanas como Wenge (870 Kg/m³), Arce duro (650 Kg./m³), Iroco (650 Kg./m³), Caoba (550 Kg./m³), Bubinga (890 Kg/m³), Jatoba, (960 Kg/m³), Sucupira (910 Kg./m³), Nazareno (870 Kg/m³), etc. Todas estas y otras, necesitarán peso añadido y punteras de protección (Celotex®).
Pedidos: Carlos Larrauri +34 649 44 40 52
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