El frontón, 50 años en la historia de Sotogrande.
Por Paco Rodríguez

Hasta principios de los 80 la actividad deportiva de Sotogrande se articulaba muy especialmente alrededor de cuatro deportes:

Golf, Polo, Tenis y Frontón.

Desde luego que se practicaban otros, pero estos cuatro eran, además, el eje de una intensa actividad aglutinadora y social, casi familiar, pues eran el punto de encuentro en un Sotogrande incipiente en el que todos nos conocíamos y divertíamos juntos.

De esas cuatro actividades, dos siguen siendo grandes protagonistas, el golf y el polo; el tenis ha cedido espacio a disciplinas similares como el paddle o el pickleball y una de ellas, quizá la más original, amenaza con desaparecer: el frontón o bola filipina, que es la variedad del mismo que practicamos en Sotogrande.

Como homenaje y voluntad de defensa de este deporte, que aún cientos de residentes y amigos practicamos con verdadera pasión, escribo este artículo resumiendo sus ya 50 años de historia ininterrumpida y vertebral de la crónica de Sotogrande.

La historia

Desde sus comienzos a mediados de los 60, Sotogrande fue dotado de instalaciones deportivas y de ocio al más alto nivel.  El diseño de sus dos primeros campos de golf, Sotogrande y Las Aves -hoy Valderrama- fue encargado a Robert Trent Jones. Se construyeron dos magníficas canchas de polo, una junto al cortijo de Paniagua y otra única en el mundo por su ubicación al borde mismo del mar.  El Hotel Tenis, hoy Encinar de Sotogrande albergaba un buen número de pistas de tenis. Y junto al mítico club de playa del Cucurucho, hoy el Trocadero, los promotores de Sotogrande, con el asesoramiento del empresario vasco Ángel Berazadi (tristemente asesinado por ETA), decidieron construir cuatro canchas de frontón. En el cortijo de Paniagua, centro neurálgico del Sotogrande de entonces, se ubicó una quinta cancha.

Podemos sin duda afirmar que la inmensa oferta deportiva actual de Sotogrande tiene sus orígenes hace 50 años en estas cuatro disciplinas.

El origen

El frontón es un juego de pelota de origen ancestral, muy popular en el País Vasco que ha sido disciplina olímpica en México 1968 y Barcelona 1992.

Fueron los vascos que emigraron a Filipinas los que lo llevaron a varias ciudades del archipiélago y lo popularizaron en éste país. A finales del siglo XIX, Filipinas pasa a ser una colonia de Estados Unidos. Es en este intercambio intercultural hispanoamericano cuando surge el germen de una modalidad deportiva única.

Fue Rafael Pintado ”Piling” Toda, hermano del expresidente de Philippine Airlines y gran aficionado a los deportes de raqueta quien lo ideó. Piling disponía de un garaje sin utilizar en el que no cabía una pista de frontón al uso y decidió hacer una cancha de dimensiones más reducidas para jugar con sus amigos, entre los que estaban Vince Revilla y algunos miembros de la familia Zóbel. Aquello resultó tan divertido, que decidieron construir tres pistas en el Manila Polo Club y posteriormente otras dos en el Club Filipino.

Nacía así un nuevo juego, híbrido entre el Jai Alai y el racketball al que allí llamaron simplemente “pelota”.
Las canchas de “pelota”, son una copia de los frontones del norte de España pero de dimensiones más reducidas y que se juega con las mismas raquetas y pelotas del racketball.

Los promotores de Sotogrande, conscientes de la potencialidad de este nuevo juego lo trajeron a Sotogrande con enorme éxito. Desde sus comienzos, los residentes denominaron a este deporte “bola filipina”.

Los Campeonatos La “bola filipina” o frontón en Sotogrande viviron sus mejores años desde sus comienzos en 1973, hasta finales de los 90. Los partidos de aficionados comenzaban a primera hora de la mañana y se prolongaban hasta bien entrada la noche, gracias a la iluminación de dos de las pistas. Por estas canchas pasaban todos los residentes del Sotogrande de la época, empresarios, empleados, jugadores de golf y polo…  desde los más jóvenes (yo tenía entonces 9 años) hasta los más mayores, todos disfrutaron jugando a este divertidísimo y original deporte. En los partidos te podías cruzar con gente de lo más variopinto, desde campeones de la Fórmula 1 como Emerson Fittipaldi, que destacó por su competitividad y estado físico envidiable o más recientemente con maestros del toreo como “El Juli”, que sigue
en forma y jugando al frontón con mucho “temple”.

A partir del verano de 1976 y durante 10 años se celebró en agosto un campeonato de frontón In Memoriam de Ángel Berazadi, auspiciado por su familia y Sotogrande SA.  Tenía tres categorías: dobles masculino, dobles femenino y mixtos. En cada categoría habían 32 parejas inscritas y Kike Berazadi junto con Richard Denman de Financiera SG, nombraban los cabezas de serie y hacían el sorteo de los enfrentamientos. Eran cuadros eliminatorios, con partidos a
tres sets y cuadro de consolación para los que perdían en el primer envite. La familia Berazadi y el director de Sotogrande hacían la entrega de trofeos en las pistas a la conclusión del partido.

Las finales eran tal acontecimiento que se buscaba una fecha que no interfiriese con otros eventos de relevancia en la urbanización, como la popular Gymkhana, partidos de polo o algún torneo de golf.

A partir de 1986, la familia Médem, tomó el relevo en la organización del torneo de frontón del verano. Inicialmente fue Ricardo padre -muy conocido por su actividad cinegética y gran aficionado a otros deportes- quien organizó el Máster de Frontón de Sotogrande durante muchos años, hasta que problemas de salud le retiraron de las pistas. Se introdujeron en esta época dos nuevas categorías, la de menores de 16 años y el individual masculino. Sus hijos Ricki durante algunos veranos y Gonzalo unos años después, han mantenido viva la llama de los torneos de frontón hasta nuestros días.

Durante nada menos que 50 años, han sido muchos los ganadores y ganadoras de los torneos de verano y resulta imposible mencionarlos a todos. Pero es imprescindible reconocer a Miguel Preysler como el primer gran maestro del frontón en Sotogrande y figura absolutamente imbatible cuando hacía equipo con su hermano Fausto, un jugador de otra galaxia. Arturo Melián, siempre tan perfeccionista, nos enseñó a jugar con estilo y a mover la bola por todos los rincones de la pista. Destacamos a dos jugadores zurdos, Marco Azpiazu y Gonzalo Sobrino, que obligaban a cambiar la estrategia de juego para sacarles de la pared lateral donde siempre tenían las de ganar. En el puesto de delantero hay tres nombres propios que merece recordar: José María Olbés, Juan Villar Mir e Iñigo Lapetra, tres estilos diferentes, pero con la posición más difícil de mantener en un partido, el de delantero, mucho más técnico que el de zaguero que es más físico. Si hay alguien capaz de “descoser” la bola en cada raquetazo, ese era Ricki Médem, su velocidad de impacto solo es superada por los jugadores de trinquete. No se nos pueden olvidar los miembros del clan Martiarena: Borja, Pablo, Bosco y Cosme, que aquí mencionamos por orden de edad y dejamos el escalafón deportivo para que lo discutan en familia.

En categoría femenina destacaron las Melián: Victoria, Ginia, Sylvia y Cecilia, por su buen juego y elegancia en pista.  No olvidemos a Amparo Preysler, que jugaba con cierta ventaja ya que había entrenado con anterioridad en Manila y cuya amabilidad y sonrisa eternas no restaban un ápice a su fiera competitividad en pista. María Eugenia Médem y María Waconigg batieron todos los récords de victorias en sus categorías. Y en fin, que nos perdonen los muchos jugadores y jugadoras que hemos dejado de mencionar, rezaremos por los que ya no están con nosotros y a los que sigan por aquí, esperamos verlos por la pista de nuevo.

En la actualidad, con el cambio de propiedad de la urbanización a comienzos de los 2000, Financiera Sotogrande dejó de prestar los servicios de mantenimiento de las pistas y los frontones vienen deteriorándose año tras año, sin nadie que se ocupe de su conservación, excepto la buena voluntad de algunos aficionados como Íñigo Soto o Philip von Eberhardt que además de buenos jugadores, de forma desinteresada, realizan tareas de mantenimiento básico.

A pesar de este deterioro, los frontones siguen teniendo vida gracias a que los propietarios de las canchas hasta hoy las han mantenido abiertas y a la pasión por mantener este deporte por parte de mucha gente de Sotogrande.

El torneo para niños organizado por Gonzalo Médem en agosto de este año, “XI Memorial Carlos Sobrino”, ha reunido a más de 100 participantes de todas las categorías.

Los veteranos, que se resisten a la jubilación, jugamos un disputado torneo el 19 de agosto, como broche al verano 2023. Participó un nutrido grupo de representantes del Club Pineda de Sevilla, además de algunos socios de Puerta de Hierro de Madrid y del Club de Golf de Sotogrande.

En definitiva: nada menos que 50 años de historia, repletos de personas y anécdotas que merecen ser conocidas y preservadas. Nada se ha escrito antes de este deporte y no existe ninguna Federación Oficial que lo patrocine. Las únicas instalaciones conocidas están en Manila y Sotogrande. Los españoles llevaron el frontón a Filipinas y los filipinos, en correspondencia,nos devolvieron la increíble y divertidísima “bola filipina” que durante estos 50 años ha sidouno de los ejes que vertebraban deporte y vida social en Sotogrande y que, hoy, está al borde de su desaparición por desconocimiento y falta de inversión.

Golf, Polo, Tenis y Frontón son el origen de la enorme oferta deportiva del Sotogrande de hoy. Les debemos el máximo respeto. Quienes atesoramos en nuestra memoria y en nuestros corazones la esencia de Sotogrande, debemos encontrar el camino para que esta pequeña y exclusiva joya deportiva, conocida por nosotros como Bola Filipina, aún tan viva y tan llena de historia, no caiga en el olvido.

  1. Agradecimientos
    1- Jaime y Sebastián de la Serna (hijos de Jaime de la Serna, uno de los impulsores de
    Sotogrande desde sus comienzos). Jaime por las imágenes rescatadas del enorme archivo
    paterno y Sebas por la colaboración en la redacción y edición de este documento.
    2- Vince Revilla, de 83 años, de ascendentes vascos, afincado en Manila y gran jugador de
    pelota. Nos ha ilustrado sobre el origen de este deporte en las Filipinas.
    3- Amparo Veloso, viuda de Miguel Preysler, nos ha facilitado los contactos que nos
    permitieron recabar datos de este juego sobre el que no se encuentra nada escrito. Además ha
    cedido fotos de los primeros torneos que ilustran esta crónica
    4- Kike Berazadi, Arturo Melián, Juan Villar Mir y Fausto Preysler, por aportar información
    indispensable para el desarrollo de esta historia.
    5- Alberto Lapetra, Gonzalo y Ricki Médem, Íñigo Soto, Estanis Urquijo, Philip von Eberhart,
    Alfonso Gómez Bilbao, Nacho Soto, Sergio Antón, Pedro Benjumea, Nacho Zaragoza, Nacho
    Castillo, Javier Sendagorta y los hermanos Martierena por su apoyo y determinación en
    mantener vivo este deporte.

 

En la foto principal:  JM Olbés el de blanco primero y el de negro el autor Don Francisco Rodríguez Argaiz.